miércoles, 3 de octubre de 2012

Condenaron a 12 años de prisión a un ex catequista por abuso sexual


Había abusado de dos alumnos de 13 años. Uno de ellos lo encontró en EE.UU. y logró que lo juzgaran acá.

Fernando Enrique Picciochi

Un ex religioso y docente del Colegio Marianista del barrio porteño de Caballito fue condenado ayer a 12 años de prisión por abusar de dos chicos que estudiaban en esa institución. El Tribunal Oral en lo Criminal 8 determinó que Fernando Enrique Picciochi cometió el delito de “corrupción de menores” contra los querellantes Sebastián Cuattromo (36) y otro hombre –que prefirió mantener en privado su identidad–, quienes lo habían denunciado en 2000 por un hecho ocurrido 11 años antes, cuando cursaban séptimo grado.

Estamos muy conformes, tanto porque se reconoció la responsabilidad de Picciochi como por cómo se calificaron los hechos”, comentó a Clarín el abogado de las víctimas, Diego Freedman, minutos después del fallo. Y consideró que “tiene un efecto terapéutico muy importante en las víctimas escuchar el veredicto. Se les creyó la versión que fue ignorada en su momento en el colegio”. El fallo fue firmado por los jueces Rodolfo Madariaga, Hugo Rocha Degreef y Alfredo Alejandro Sañudo.

La lucha de Cuattromo fue larga. Primero debió sortear sus propios miedos y los prejuicios de quienes lo rodeaban. Finalmente hizo la denuncia, pero cuando salió la orden de detención Picciochi había abandonado el país. Tras el pedido de captura internacional, en 2001 se supo que había huido a Estados Unidos. Pero recién fue ubicado allí en 2007, con falsa nacionalidad mexicana. El ex religioso de la Orden de los Hermanos Marianistas y catequista estuvo detenido en Texas hasta que fue extraditado en septiembre de 2010.

Aunque al principio del juicio oral se negó a declarar, Picciochi brindó su testimonio en una de las audiencias finales, en la que buscó desmentir a los denunciantes y dijo que “lo deben hacer por dinero”.

Los hechos ocurrieron en 1989, un año antes de que el Marianista de Caballito se convirtiera en colegio mixto, en un campamento en Córdoba. “Por las noches, él irrumpía en la habitación, se sentaba en la cama y comenzaba con las agresiones”, cuenta a Clarín Cuattromo. Los besaba, manoseaba sus genitales y los masturbaba. “Para nosotros fue devastador”, admite Cuattromo, que al año siguiente, ya en Buenos Aires, volvió a ser abusado en el subsuelo y en un patio abierto del colegio.

En el colegio, ante la denuncia de otro alumno, al docente lo encubrieron y finalmente lo trasladaron a Río Negro, hasta que abandonó la congregación.

Para Cuattromo, la condena es positiva porque “se trata de un llamado político hacia las víctimas a tratar de no quedar sometidas en el puro padecimiento”.

Fuente: Clarin

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