Ignacio Carrasco de Paula |
"Sin Edwards no existiría el mercado de los ovocitos. Sin Edwards no habría congeladores llenos de embriones a la espera de ser transferidos a un útero, o más probablemente para ser utilizados para la investigación, o bien para morir abandonados y olvidados por todos", aseguró el máximo responsable de la institución vaticana, encargada de los problemas de biomedicina y de la defensa de la vida.
Pese a que reconoció los méritos de Edwards para hacerse con el galardón por su trabajo en el campo reproductivo, Carrasco, quien dijo hablar a título personal, señaló: "Edwards inauguró una casa, pero abrió la puerta equivocada desde el momento en el que se centró en la fecundación in vitro y consintió de forma implícita el recurrir a donaciones y compraventas que implican a seres humanos".
Según explicó el corresponsal de la BBC en Roma, David Willey, el Vaticano se opone a la fertilización in vitro porque implica separar a la fecundación del intercambio sexual entre marido y mujer, y con frecuencia lleva a la destrucción de embriones.
Fuente: Diario Textual
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