Radio Vaticano admitió que el representante de la Iglesia Católica en Irlanda fue llamado “para consultas”. El gobierno irlandés acusó a 19 sacerdotes por violaciones a cuarenta jóvenes y niños. Acusan al Vaticano de ocultar el escándalo para preservar la institución.
El último informe de una comisión que investiga los casos de pedofilia de sacerdotes en Irlanda dio por probado el encubrimiento de la Iglesia local y desató la furia del primer ministro Enda Kenny. Según anunció ayer Radio Vaticano, el papa Benedicto XVI convocó a su nuncio apostólico en ese país “para consultas”. “La violación y la tortura de niños fueron subestimadas o ‘gestionadas’ para preservar la institución, su poder y su reputación”, denunció Kenny, quien preside un país católico vapuleado por acusaciones contra los 19 sacerdotes de la diócesis de Cloyne, en el sur del país, entre 1996 y 2009. En el Vaticano consideran que Kenny “exagera”, aunque reconocieron que el llamamiento del nuncio Giuseppe Leanza, una especie de embajador, a la Santa Sede es una medida a la que se “recurre raramente”. Sería para consensuar una respuesta a Kenny.
Kenny habló del tema en un debate parlamentario el miércoles pasado, luego de que el 13 de julio se divulgara el Informe Cloyne, basado en las denuncias realizadas en esa diócesis y en el que se guarda el anonimato de las víctimas. Ese informe, dijo el mandatario, “evidencia la disfunción, la desconexión (de la realidad), el elitismo, el narcisismo que dominan la cultura del Vaticano”. Kenny consideró “inadecuada e inapropiada” la reacción de la Iglesia Católica local ante las acusaciones.El último informe de una comisión que investiga los casos de pedofilia de sacerdotes en Irlanda dio por probado el encubrimiento de la Iglesia local y desató la furia del primer ministro Enda Kenny. Según anunció ayer Radio Vaticano, el papa Benedicto XVI convocó a su nuncio apostólico en ese país “para consultas”. “La violación y la tortura de niños fueron subestimadas o ‘gestionadas’ para preservar la institución, su poder y su reputación”, denunció Kenny, quien preside un país católico vapuleado por acusaciones contra los 19 sacerdotes de la diócesis de Cloyne, en el sur del país, entre 1996 y 2009. En el Vaticano consideran que Kenny “exagera”, aunque reconocieron que el llamamiento del nuncio Giuseppe Leanza, una especie de embajador, a la Santa Sede es una medida a la que se “recurre raramente”. Sería para consensuar una respuesta a Kenny.
“Por primera vez en Irlanda, un informe sobre los abusos sexuales cometidos contra niños expone una tentativa de la Santa Sede de obstruir una investigación en una república soberana y democrática sobre un hecho ocurrido sólo hace tres años y no hace tres décadas”, dijo Kenny. Las cuarenta víctimas en las que se centró la investigación, reveló el informe, se sintieron “abandonadas por la Iglesia” y estimaron “que la única preocupación (de la Iglesia) era proteger a la institución, más que el bienestar de los niños”.
John Magee |
El informe en cuestión es el cuarto que elabora la comisión encabezada por la jueza Yvonne Murphy por este tema, tiene 400 páginas y se centra en los encubridores de los abusos sexuales y las torturas en la diócesis de Cloyne. En la investigación se sañala que el entonces obispo Magee delegaba los expedientes donde se denunciaba la pedofolia al entonces monseñor Denis O’Callaghan, quien a su vez los ocultó en su casa. Este último pidió disculpas por ignorar a las víctimas y admitió que estaba más preocupado por el cuidado pastoral de los sacerdotes.
Denis O’Callaghan |
Por su parte, monseñor Demort Clifford, actual administrador apostólico de Cloyne, aceptó los resultados del informe y dio las gracias a la comisión por “haber investigado a fondo”. “Esta es la primera vez que los supervivientes de abusos sexuales en la diócesis de Cloyne han tenido una oportunidad para que sus historias se escuchasen públicamente”, dijo Clifford, quien aseguró sentirse “horrorizado por los daños y los sufrimientos causados”. A través del programa llamado Hacia la Curación, la Iglesia local costea la consultoría y la psicoterapia a quienes sufrieron abusos por parte de personal de esa institución.
Tras revelarse este último informe hubo reuniones entre el jefe de la diplomacia irlandesa, Eamon Gilmore, y un representante del Papa en Dublín. Desde el gobierno irlandés comentaron que la convocatoria del nuncio Giuseppe Leanza era “un asunto de la Santa Sede” y que les resultó “previsible que el Vaticano quisiese consultar ampliamente al nuncio” al respecto. “El gobierno espera la respuesta de la Santa Sede”, dijo Kenny.
Fuente: Página 12